Fisioterapia respiratoria en pediatría.
Los niños tienen un sistema respiratorio inmaduro, haciendo que los pacientes pediátricos se encuentren en desventaja para hacer frente a cualquier problema respiratorio. Por tanto, en este caso la prevención juega un papel importante. Para ayudar a prevenir resfriados, es importante tener en cuenta:
- Hidratación oral: Es importante mantener al pequeño bien hidratado para así facilitar la movilización de las secreciones. Es importante ofrecerle líquidos regularmente. Si los niños muy pequeños lo rechazan también podemos usar una jeringuilla para asegurar la hidratación.
- Humedad ambiente: La humedad ambiente debería ser entre 40-70%. Aunque los deshumidificadores pueden ser una buena herramienta, cuidado con ponerlos más de lo necesario, ya que esto estimularía la producción de mocos.
- Medidas de higiene: Evitar el contacto con personas resfriadas y lavar las manos frecuentemente sobre todo después de estar en el colegio, parques etc…
Aun así, es posible que el pequeño tenga moco y le cueste de sacar, sobre todo por la noche. En este caso, podríamos hacer:
- Subirle un poquito la cabeza y el tronco, poniendo un cojín o una toalla debajo del colchón para que esté un poco más elevado.
- Hervir agua y colocarla en la habitación del niño con la puerta cerrada 30 minutos antes de que se vaya a dormir. La quitamos y abrimos la puerta cuando el niño se acueste.
- Hacer lavados nasales sin excederse, ya que un exceso puede irritar la mucosa nasal.
La fisioterapia respiratoria pediátrica también puede ayudar. En Hormesis se valora el estado del pequeño, se realiza una auscultación para determinar la ubicación del moco y en función de eso, se aplican las técnicas de fisioterapia respiratoria correspondientes para eliminar las secreciones.
Fisioterapia respiratoria en pediatría